¿cuánto valen tus recuerdos? – El sueño del mono loco
El sueño del mono loco Saliva, cinismo, locura, deseo…

¿cuánto valen tus recuerdos?

En esta última semana, dos personas me han dejado sendos discos duros (uno externo y el otro de portátil) para ver si podía recuperar algo del contenido perdido. No me alargaré mucho con los detalles pero, al final, resultó imposible recuperar nada de ninguno de los dos dispositivos, principalmente porque ambos tenían problemas con el hardware.

Como siempre que estoy en una situación así, intento obtener la mayor información posible: ¿qué estabas haciendo cuando se fue al carajo? ¿Cómo sucedió? ¿Suena? ¿Salió humo? Pero, como ya dije, la recuperación fue imposible con los medios con los que cuento, así que me informé un poco sobre cuanto costaría recuperar los datos del disco de portátil.

La respuesta, algo vaga, sacude conciencias estos días: sobre mil euros. Hablando del tema con la propietaria del difunto tenía claro que el sistema operativo (OSX, BTW) y los programas instalados no estarían en una hipotética lista de recuperación. También que la documentación generada, excluyendo a un documento vital para la vida en la tierra del que había copia de seguridad (tres, más concretamente), se podía volver a generar, buscar o descargar. Que la música, las películas y las series podían volver a ser bajadas y/o compradas. El pero vino al hablar de las fotografías: hay que rescatarlas todas. En otras palabras, no había copia de ninguna fotografía, fuera de ese portátil.

En este punto surgieron varias preguntas más: ¿merece la pena gastarse ese dinero en rescatar unos miles de fotografías? ¿Qué precio se les pone a los recuerdos? ¿Pagarías por volver a tener la última foto de un ser querido, la primera de un hijo, o esa tuya en la que estás de vacaciones en la montaña y sales especialmente guapo? Reconozco que es un tema que me preocupa especialmente, desde que hice el salto a la fotografía digital. De ahí las copias de seguridad en diferentes discos duros, en la nube (algunas) y en DVD, una vez al año.

Mi respuesta fue sencilla: si me viese en tu situación, pagaría sin dudarlo. Pero luego me aseguraría de que no vuelve a suceder.